sábado, 29 de enero de 2011

Oriente se mueve

Me alegra que no caigamos en nuestros prejuicios y miremos a Oriente para buscar otra vez al terrorismo islamista y que sea ahora el pueblo quien nos enseña su poder.

Túnez vive unos días grises que empiezan a convertirse en claros en un cielo que deja atrás la tormenta de una dictadura que ha sido derrocada por el pueblo, sí el pueblo.

En plena era de las comunicaciones y, aunque creíamos que habíamos descubierto la piedra filosofal, es el ser humano y, la sociedad, quien nos sorprende. La historia se repite una y otra vez. Las grandes revoluciones, los grandes cambios han sido hechos por el pueblo, no por la élites, sino por el pueblo llano, ese que supera siempre (en número) a la clase alta. La revolución tunecina no quiero que se quede a medias y ojalá que pronto la situación se encarrile en el país.

Me sorprende también gratamente los movimientos de la población en Yémen y Egipto y quién sabe si pronto en Libia...

Oriente despierta de su medievo a caballo entre tradición e internet y, son los jóvenes, los que más sufren, los que están tirando del resto del pueblo para alzarse por encima de regímenes apoltronados durante décadas en gobiernos dictatoriales.

Que el pueblo hable y que los estados se transformen y que Occidente apruebe las democracias que ansían esos países.

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