miércoles, 27 de enero de 2010

La obesidad no entiende de crisis

Oliver & Hardy (Mi infancia en b/n) - Fuente FlickrLeía el otro día un intersante artículo de "El País" donde se decía, algo que sabemos desde hace tiempo pero que nos trae al pairo mientras no nos toque de cerca "Comemos fuera, y cada vez peor". Una y otra vez nos recordamos como nos estamos alejando de la cuchara y el tenedor para acercarnos a comer, con las manos, platos "asquerosamente" saturados de calorías.

En época de crisis se aumenta de peso, unos porque pierden el empleo y se vuelven sedentarios y otros porque compran lo barato y, por desgracia, normalmente la comida trae más grasas y menos calidad.

La actividad física disminuye con los años y como consecuencia del envececimieneto de la población, todos nos volvemos más lentos y gordos u obesos.

Además está comprobado que, al menos en España, la gente vuelve a estudiar entrados los treinta, favorenciendo esta circustancia lo planteado anteriormente.

Cambiar no es fácil, pero depende de cada uno de nosotros el ser crítico con lo que nos llevamos a la boca. Amoldar nuestros hábitos alimentarios a la realidad de forma más sana es posible. No hay mal que por bien no venga, gracias a las bolsas de ensalada se ha aumentado notablemente el consumo de este producto. Que nos da pereza labar la lechuga, pues pago un poco más y me compro una bolsa con ella troceada para que esté lista para aliñar.

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