La sociedad occidental está inmersa en una involución demográfica sin precedentes en los últimos cien años. En medio siglo se doblará la población mayor y todavía no sabemos si tendremos una protección social las personas que seremos mayores como consecuencia del descenso de los nacimientos.
Los políticos deben resolver algunos retos con políticas sociales y económicas que se refuercen a sí mismas favorenciendo la protección social para sostener e impulsar el crecimiento y sostener la capacidad de consumir de quienes ya no pueden trabajar. Debemos alejarnos de jubilaciones anticipadas que no se sostienen a largo plazo y no retirar a la gente prematuramente de sus puestos de trabajo.
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