En mi generación eran los cromos, las canicas, las peonzas, el yo-yo y los diferentes álbum de coleccionables los que creaban adicción.
Hoy los jóvenes son adictos a la tecnología destacando el móvil e internet.
No creo que exista gran diferencia entre lo que nos gustaba a los que hoy estamos en la treintena y los adolescentes del presente. La clave es el tiempo que dedicamos a ello. Así si antes dedicábamos mucho tiempo a jugar en la calle y nunca subir a casa, a jugar con los cromos y coleccionar infinitas colecciones de marcas de coche, jugadores de fútbol, series de televisión o dibujos animados..., nos pasaba lo mismo que ahora, que no rendíamos en la escuela y nuestros estudios se resentían aunque nuestras relaciones sociales con otros amigos y amigas se disparaba prefiriendo estar con ellos que estudiando o pasar la tarde en casa.
La única diferencia entre cómo antes nos socializábamos y hoy lo hacemos es el individualismo que el S.XXI nos dibuja. La relación con la gente es de una forma mucho más individual, en casa delante de un ordenador y con el móvil en cualquier parte estamos solos ante el mundo.
Para más información te recomiendo este artículo publicado en El País: "Un respeto para la generación 'web'".
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