El pasado 10 de enero, moría la antropóloga Paula Loyd, hasta aquí todo normal excepto por la muerte de esta persona de 36 años de edad. El Pentágono la había contratado para realizar un trabajo en Afganistan para el ejército americano.
Y es es la cuestión, ¿se puede utilizar a antropólogos con fines militares?
Los primeros estudios allá por el periodo de colonizaciones de occidente hizo que investigáramos para conocer las culturas desconocidas para nosotros, en el centro de África, en Polinesia, etc. La intención no era exactamente científica y social, fines de nuestra disciplina, sino de la de entender los mecanismos de poder y relaciones sociales para poder "ningunear" a las culturas y someterlas a los intereses europeos para explotar, entre otras cosas, sus materias primas.
Hoy, son muchos los antropólogos que trabajan en Oriente Próximo con fines bélicos. Estudian el mundo tribal de las sociedades orientales para transmitir esa información a los ejércitos y poder actuar de forma estratégica en situaciones bélicas.
Me uno a aquellos que denominan a ésto "antropología mercenaria". Seguramente la información obtenida sea muy valiosa, desde un punto de vista clásico de antropología, pero los fines para los que se usa no son nada éticos y denigran a nuestra disciplina.
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